Alta Montaña (III)

Hoy se abrió en Aragón las aguas de alta montaña, así que he quedado con Paco Lizárraga para pescar uno de esos tramos altos. El día no es que fuera muy agradable para pescar, mucho viento, con rachas muy fuertes y una fuerte bajada de temperaturas, comenzamos pescando con unos 12 ºC y acabamos con apenas 5 ºC.

Dejamos el coche aparcado y hoy, de nuevo, tocaba andar, montaña arriba hasta una altitud de unos 1600 m. Por el camino repostamos agua en esta fuente tan bien avenida.

Este es el valle, pelado de árboles a partir de un punto. Otros años según me dice Paco por esta fechas aún había grandes neveros en él, pero este año apenas quedan en las cumbres.

Mientras subimos, paradita para que Paco eche un cigarro y no se "intoxique" con tanto aire puro, y de paso la foto de rigor. Magníficas vistas desde esta altura.

El río viene perfecto de agua, pero durante tres horas no vimos señal de ningún pez. Este viento tan frío, de norte, hacía imposible siquiera lanzar.

A eso de las cinco de la tarde por fin Paco toca escama. Un salvelino que no se resistió a la Royal Wulff.

En este pozo pude revolcar, que no clavar, varios peces más con un streamer. Lo seguían, le mordían la puntita pero no se decidían a morderlo con ganas.

Pues así, punteando todas las posturas, fuimos poco a poco moviendo algunos salvelinos más. De las truchas ni rastro.

La Clown Shoe Caddis se mostró como una magnífica aliada a la hora de mover a estos curiosos salmónidos.  Siempre había oído hablar de la agresividad de estos peces, pero hoy subían de una forma muy lenta, algo a lo que no estoy acostumbrado con peces de alta montaña.

Llegados a este punto y siendo las siete de la tarde, decidimos darnos la vuelta. El viento gélido ya se hace insoportable y los peces han dejado de querer nuestras moscas. Con un triste bagaje de unos diez salvelinos por barba, pusimos rumbo al coche.

Durante la bajada una placa colocada en una roca me llamó la atención.

Era una placa recordando a un chico llamado "Kike" fallecido en el año 2000. Por la zona donde se encontraba bien pudo ser una avalancha lo que acabó con su vida. Los estragos de las avalanchas son visibles en varios puntos del valle.

Tras un buen rato de bajada y con una tarde realmente oscura a esas horas, pudimos llegar al coche, con las caras quemadas del viento. Hoy no se ha dado bien, pero como siempre, los números quedan en un segundo lugar. De todos modos habrá que hacerle otras visitas al valle para desquitarnos.

No puedo dejar de mencionar el equipo que trajo hoy Paco y con el que me puso los dientes realmente largos: Una preciosa caña de bambú con un acabado insuperable y un Hardy Cascapedia. Precioso cojunto, acorde a la belleza de estos valles.

Hay que reconocer que los salvelinos son realmente divertidos de pescar, aparte de tener una librea espectacular, ahora bien, son alóctonos y por lo tanto no deberían estar en estas aguas. Mientras ahí estén los pescaré, pero el día que la administración decida que ya no deben estar ahí no quedará más remedio que asumirlo, pues es lo que hay que hacer por el bien de nuestras especies autóctonas.

Mañana volveremos a mojar las moscas, distinto río pero mismas cotas.