Explorando

Llevo un mes sin tocar las cañas. Falta de motivación, pereza, mal tiempo… no sé, puede que sea hastío con la pesca… esto ya no se parece en nada a lo que conocí hace 16 años. No estoy seguro si soy yo el que ha cambiado o si lo ha hecho la pesca a mosca. Demasiada competición, demasiados intereses económicos, demasiados egos…

Hoy por fin me obligue a salir al río, pero sin caña. Botas de montaña, pantalones de campo y la cámara de fotos, esa que a última hora se quedo encima de la mesa así que esta vez las fotos han sido con el teléfono móvil, siento la calidad de las fotos. La intención era explorar aguas de alta montaña, esas mismas que pescaré dentro de un mes, cuando se permita la pesca en estos escenarios y el deshielo no desborde los ríos.

Primera parada en el río Gállego. Como es un río muy regulado, lo tienen muy menguado de agua, al menos en la zona que yo visité, luego más abajo le devuelven el agua robada unos kilómetros río arriba.





El motivo de esta excursión era un pequeño río, muy difícil de transitar pero dentro de un entorno magnífico y más ahora que llega la primavera. A pesar del buen tiempo, aún queda mucha nieve en las cumbres.








Allí, escondido entre los árboles del profundo valle, se esconde este pequeño y torrentoso río.






El deshielo era notable: río alto y agua muy turbia. Esperemos que en junio ya no baje tan fuerte, sino será imposible siquiera meterle el pie.








El río me ha gustado, pero me da que si lo quiero pescar voy a tener que pegarme una buena paliza pues está muy encañonado y con mucha vegetación en sus orillas. Ya veremos en junio…