Hacía unos días que Paco me había advertido: "Tengo algo especial para ti, lo estoy terminando. Es un proyecto raro que lleva dos o tres años aparcado".
Y por fin llegó el día. Paco apareció con un objeto alargado envuelto en papeles de periódico. Era una preciosa caña de bambú. Y si, era algo raro pues era VERDE!!!
8,2 píes de rareza de línea #5.
Un verde precioso, irregular, adaptado a las distintas tonalidades del bambú. Por supuesto, 100% personalizada, como todo lo que hace Paco.
Ahora soy el dueño de un flamante bambú de Paco Lizarraga, de la PL 009. Es única, no hay otra igual, pues es un trabajo totalmente artesano.
El portacarretes es una de las partes que más me gusta de la caña. Una madera preciosa, compleja.
La empuñadura fina, suave, perfectamente torneada.
La primera anilla de ágata. El anillado perfecto, discreto y bonito. No le resta protagonismo en ningún momento al material principal, el bambú.
Después de las emociones (y de un copioso almuerzo), nos pusimos rumbo a nuestro destino de pesca. Un maravilloso río pirenaico. Que a pesar de venir algo alto, estaba bastante pescable.
Comenzamos pescando una zona muy boscosa y encañonada. Paco a ninfa clavó la primera trucha del día.
Yo, como no podía ser menos, utilicé la caña de Paco. Até un plecóptero de foam, ya que se veían bastantes y de gran tamaño.
Me costó apenas cinco minutos adaptarme al ritmo de la caña. No es una caña para pescar de punta, sino para sacar unos cuantos metros de línea y disfrutar de los bucles. Me asombró, pensé que me costaría mucho más sacar línea y no fue así. Si le pides, ella responde.
En un gran pozo la estrené. No era una trucha enorme, pero se tragó la gran mosca de foam sin ningún tipo de complejo. La PL 009 ya ha sido bautizada.
Tras unos pocos metros, tuvimos que salirnos del cañón. El fuerte caudal que aún lleva este río nos obligó a buscar orillas abiertas por las que caminar.
Y comenzó el espectáculo a seca.
Alternando hormigas aladas y plecópteros, fuimos capturando numerosas truchas. La mayoría en las cabeceras de los pozos, a pesar de las fechas en las que estamos y del caudal.
Los peces más grandes los sacó Paco. Para ello utilizó sus "prototipos" de hormigas que tendrán su prueba de fuego próximamente en Austria. Parece que funcionan.
Yo me dediqué más a buscar un pez grande, que doblara bien mi recién estrenada caña. Pero no pudo ser. Siempre había alguna pequeña trucha que se adelantaba y tomaba el pleco sin miramientos. Los peces grandes solo los pudimos ver siguiendo alguna vez la mosca, pero no acababan de morder.
Poco a poco el día avanzaba y las nubes y el viento se apoderaban de la tarde. Tanto que nos acabaron por echar del río.
Ha sido una jornada de sentimientos. Comenzó con la enorme sorpresa del regalo de Paco y acabó con un buen puñado de truchas en un paraje idílico como es Pirineos.
Desde que conozco a Paco he sido consciente de su generosidad, o como dice Joaquín, de su "infinita generosidad". Que decir cuando te hacen un regalo así!
GRACIAS Paco!!!!