sábado, 4 de abril de 2020

El coste de una mosca


Cuelgo el teléfono tras una conversación de casi dos horas con un buen amigo. Hemos hablado de muchas cosas: de su último viaje, de los compañeros de pesca, de lo que se aprende de los fracasos y de moscas. Pero no de moscas infalibles o sedas mágicas, sino de las características que tiene que tener una mosca para ser tomada por un pez en cada situación concreta, ya que les había montado algunas para este viaje.
Al final, la conversación llevó a lo que hay detrás de una mosca, de un patrón, hasta que llega a consolidarse como una imitación válida. Y claro está, cuánto dinero debe valer esa mosca.

Todo en esta vida, todo producto, lleva detrás un trabajo, un estudio, un diseño... y son cosas que la gente, el comprador del producto, no ve (o no quiere ver) y por lo tanto no quiere pagar. Esto es aplicable a una mosca, un reportaje, una fotografía, una manufactura o un proyecto. Las cosas no llegan a nosotros así sin más. Detrás hay conocimientos, experiencia, horas de trabajo, coste de material y a veces otros costes como cuotas de autónomo, impuestos, alquileres... etcétera.


Las moscas para pescar que compramos no son diferentes. Hablando con mi amigo, parece que nos hemos instalado en una dinámica que todas las moscas deben costar un euro y medio. Como si todas costara hacerlas tres o cuatro minutos. Al parecer, ahora todas las moscas tienen el valor de un perdigón simple. Hay tantos montadores de perdigones y ninfas simplificadas hoy día, que la competencia en la venta de los mismos ha llevado a tirar los precios y por ende el valor del trabajo de los montadores.

Y claro que no, no todas las moscas son perdigones. Pero incluso detrás de estas moscas simples, hay mucho trabajo detrás de pescadores que echan horas y horas en el río para conseguir patrones efectivos, según las condiciones del mismo.


Hace más de veinte años que vendí mis primeras moscas para un viaje de pesca internacional. Había vendido muchas moscas para pescar en los ríos de Castilla y León, pero aquel pedido de moscas para pescar en Patagonia era muy distinto. Recuerdo que eran Chernobyls, libélulas en pelo de ciervo con cuerpo extendido y streamers montados en anzuelos de salmón. Pues para un chico de provincias, sin internet, sin información, sin vídeos de “paso a paso” que consultar, aquel pedido asustaba mucho.


Por suerte, mi amigo Miguel (el comprador de las moscas) me facilitó los materiales, algunas moscas a modo de modelo y unas pocas instrucciones. Pero me tocó hacer muchas pruebas, montar y deshacer muchas moscas, hasta conseguir montar aquellos matapiojos de ciervo. El primero me llevó cerca de una hora, los últimos, tras siete docenas, conseguía hacerlos en veinte minutos. Pero claro, las primeras pruebas, los fracasos, no los cobré. Miguel fijó un coste de la hora de mano de obra que jamás he vuelto a ver. Pero Miguel sabía lo que quería y lo que costaba montar aquellos bichos de ciervo.


Cuando te hacen un pedido puede ser que sepas de sobra lo que vas montar, que sean modelos que tengas atados hasta la saciedad. Otras veces son para viajes, con lo que el tema se complica. La responsabilidad es mucha, puedes complicar mucho un viaje si lo que se lleva en la caja no sirve o tus anzuelos se abren.


Hay que buscar información (a veces mucha información). Hay que conseguir los materiales si no los tienes, por lo que para hacer dos docenas de moscas de un modelo, tienes que adquirir material para cien o doscientas. Material restante que no vas a cobrar y que te toca “comertelo”, esperando que algún día te vuelvan a hacer un pedido similar.

Luego hay que hacer pruebas si no conocías esos patrones. Las primeras unidades son más lentas de montar hasta que coges la dinámica. Habrá errores. Hay que comprobar que, por ejemplo, esa mosca de foam aguanta flotando con ese pedazo de anzuelo destinado a peces de cinco o seis kg. Hay que reforzar cada fase de atado con pegamento porque son moscas
destinadas a un viaje, tienen que aguantar varios peces, porque seguramente, en mitad de la nada, no se puedan reponer esos patrones.


Alguno me dirá eso de “pero no siempre montas para viajes, las mosca de aquí, ¿qué valen?”. Cierto, no siempre se monta para viajes y que para las moscas de aquí también solemos tener stock de materiales, pues se suelen usar más o menos los mismos. Pero eso no significa que no tengan un coste, de materiales, de mano de obra y de conocimientos del montador.


No podemos comparar las moscas baratas venidas de Kenia y otros países, con las que te puede hacer un montador de aquí. No dudo de la habilidad de esos montadores africanos, pero si dudo de los materiales y de los modelos que se montan. Las moscas que se demandan en España, no se venden al por mayor en el mundo, como pueden ser modelos como Adams, Humpy u otras moscas genéricas.


Cuando pagas por una mosca, también pagas los conocimientos de ese montador. Hay ríos y lugares donde las moscas son muy específicas y si el montador no está informado sobre lo que necesitas, no vas a llevar los modelos correctos. Yo que vivo y pesco en Pirineos, veo lo que muchos pescadores traen en sus cajas, según ciertas ideas de lo que por aquí se usa y la verdad es que es raro el que acierta: modelos que no flotan a la segunda trucha, moscas que no se ven, modelos genéricos que no cubren la mayoría de las eclosiones... etcétera. Pero lo mismo pasa en la Meseta, en Galicia o en cualquier otro lugar. Ese conocimiento, ese I+D que muchos montadores hacen, eso hay que pagarlo. El mejor ejemplo que conozco en esto es mi amigo Joaquín Herrero. Ninguna de sus moscas nació por ciencia infusa, sino que detrás de cada una de ellas hay mucho trabajo y mucha experiencia.


Luego están los materiales usados y la calidad de los montajes. En las moscas que vienen de Africa los hackles que llevan hacen que la mosca sea imposible tenerla en superficie después de la primera captura, anzuelos que abren a la mínima, moscas que no aguantan enteras más de dos o tres peces... Hay gente que quiere que sus moscas estén montadas en sedas míticas o materiales caros, como puede ser el culo de becada o hackles raros como el cree, o montajes, digamos, más complicados, pero pagarlos a precio de perdigón. No es lo mismo montar una Red Tag que una Iosufly de Paco Lizarraga. Una mosca de lucio lleva cantidades ingentes de materiales y mucho trabajo. Las moscas de salmón pueden ser un mundo a parte en cuanto a costes y trabajo... Creo que es algo que cualquiera lo entiende.


Yo me he negado a bajar al barro de montar moscas de euro y medio. Mis moscas no son las que menor coste tienen ¿Son baratas o caras? Veamos un ejemplo: un tricóptero con plumas de culo de becada, con hackle en parachute y anzuelo de primera marca, cuesta 2,75 €.
¿Caro? Montando a diez minutos la mosca, salen media docena por hora (siendo muy generosos), es decir, en esa hora puedo generar 16,5€. Descuenta materiales de esas seis moscas: 12 plumas de cdc, 12 plumas de culo de becada, 6 anzuelos, 2 plumas para los hackles, más hilo y dubbing. ¿A cuánto sale la hora de montaje? Siendo generosos en el número de moscas por hora, unos 12-13€/hora. Dos euros menos de lo que cobra la señora que limpia las escaleras de mi comunidad (con todos los respetos hacia su trabajo, por supuesto). Entonces esta mosca, ¿es cara o es barata?

Pues yo señores, me niego a montar moscas a un euro y medio. Mi tiempo, mi trabajo y experiencia valen más que eso. Claro que esto lo puedo decir porque no tengo una necesidad económica, como puede ser el caso de otros que trabajan a 6 u 8 euros la hora, pero espero que os abra un poco los ojos a los que compráis moscas y valoréis lo que hay detrás de los montadores de este país.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Alfonso. No se debe cobrar por lo que uno hace, sino por lo que uno sabe, y otro no sabe o no quiere hacerlo.

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  2. Efectivamente es una política que vengo aplicando hace años. Atar una mosca no solamente es el momento de sentarse y preparar materiales, muchisimos atadores nobeles ni consideran el tiempo que demora en atarse como un costo adicional, ni menos como tu dices que cuando se hacen un par de docenas, ha de comprarse el equivalente a un ciento. Un abrazo afectuoso desde Chile y muchas gracias por tu información.

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