domingo, 14 de febrero de 2021

Aventuras y desventuras de un novato del bambú (III)

 Después de sacar las 12 tiras del culm, el siguiente paso sería aplastar los nudos con calor y presión y enderezarlas. Para ello necesitaba unas mordazas lisas para mi tornillo de banco. El mío, casi todos, traen unas mordazas con relieve para que las piezas que sujetemos no se suelten al hacer fuerza. Estas mordazas no nos sirven pues dejaríamos marcas en el bambú dejándolo inservible para fabricar una caña.


Lo primero que hice fue buscar unas mordazas lisas en internet, pero no las encontré. Así que desmonté las mías y usé una pletina de hierro que tenía por ahí tirada. Posiblemente era demasiado ancha. Yo la he usado tal cuál, pero en un futuro voy a cortar a la mitad o menos su anchura, para que la zona de la mordaza apriete lo más cerca posible del lugar de anclaje y así sufrirán menos los tornillos y haré una fuerza de apriete mayor.



Medí la longitud de mis mordazas y las corté con un disco de metal de mi pletina. Luego usando las originales como modelo, marqué el lugar exacto donde taladrar los agujeros para los tornillos que anclarán las nuevas mordazas al tornillo. Así mismo hice unos rebajes en los agujeros para ocultar la cabeza del tornillo y evitar futuras marcas en el bambú.








Para darle el tratamiento de calor a los nudos, he usado una pistola de calor con una boca difusora ancha, para poder calentar no solo el nudo, sino un poco más. Coloqué la pistola en el tornillo de carpintero de mi banco de trabajo y en la posición número dos fui calentando cada nudo.



Luego ese nudo que he calentado lo llevo inmediatamente al tornillo de banco modificado, aplastando con las mordazas el nudo, quedando una mordaza en la parte interior del nudo y la otra en la exterior, donde el esmalte o enamel. A mi me dijo mi amigo Paco que apretara bien el tornillo y así lo hice, un buen apriete. Y lo dejo ahí apretando ese nudo mientras se enfría y, a la vez, con la pistola voy calentando otro nudo de otra varilla. Es una manera de ir más rápido.

Nudo tratado con calor y prensado
Nudo tratado con calor y prensado

Cuando acabo de aplastar todos los nudos de una varilla, lo último que hago es calentar aquellas zonas donde se curva, para enderezarlas. Yo solo he calentado la parte inferior y laterales de la varilla. La parte del enamel, donde están las fibras de potencia debajo de éste, no lo caliento.

¿Cuánto caliento el bambú? Pues lo suficiente para poder quitar las curvas con la mano sin romperlo y no tanto como para quemarlo. Yo lo que hacía era, con las manos protegidas por unos guantes de cuero, poner el bambú a calentar encima de la pistola mientras iba haciendo fuerza paulatinamente y sin pasarme para quitar la curva. Cuando el bambú cogía suficiente temperatura, notaba como se empezaba a mover en la dirección que yo quería, e intentaba dejarlo lo más recto posible. A veces resultaba fácil y otras veces intentando quitar una curva, le hacía otras curvas secundarias. En este tema ha sido un constante prueba y error. También debo decir que este tratamiento de calor para enderezar y aplanar los nudos deja algo de marca en el bambú, algo más tostado, sobretodo el interior. A mi me dejó dos o tres marcas excesivas, síntoma de que tal vez me pasé.



¿Cuánto de rectas deben estar las varillas? Pues yo no tengo ni idea donde está el límite, pero yo las dejé lo más rectas que pude. Para torcerse ya habrá tiempo...


Una vez enderezadas todas las varillas, procedí a alinear los nudos. La idea es que no queden dos nudos seguidos en caras contiguas de la caña. Para ello hay que poner las varillas de cada tramo en una mesa con todos los nudos al mismo nivel y todas en el mismo sentido teniendo en cuenta la parte superior e inferior de las varillas. 



Anteriormente había numerado las varillas del 1-6 según su procedencia en el culm. La varilla 1 está enfrentada a la 4, la 2 a la 5 y la 3 a la 6. A cada pareja de varillas enfrentadas les he dado un color, así cuando estén colocadas en el blank de la caña, cada varilla tiene que tener una en frente del mismo color.


Los nudos están a la misma altura en las varillas del mismo color, por lo que siempre están enfrentados y no en caras contiguas


 Además, he emparejado los nudos de cada pareja de varillas, y movido adelante o atrás las otras parejas de varillas, para que los nudos no queden a la misma altura. Hay varias formas de distribuir los nudos, yo los he distribuido 2-2-2. Cada uno tendrá otro en la varilla de en frente, que será una varilla del mismo color. Es decir, los nudos de las dos varillas de color negro, coincidirán a la misma altura entre ellos, pero no con los otros dos colores. Más difícil de explicar que de hacer.


Una vez distribuidos los nudos, he marcado la longitud de los tramos con la que voy a trabajar. Para ello con todas las varillas colocadas, con los nudos a la altura que deben estar, he marcado una línea en la parte inferior y otra en la superior.



La longitud con la que voy a trabajar es unos 20 cm más larga que la medida final del tramo, ya que me dijeron que en las puntas es donde luego suele haber problemas durante el pegado. Intenté que las marcas quedaran a 15 cm de un nudo por la parte superior y al menos a 10 por la inferior. No quería luego cortar el tramo a la medida definitiva y que me coincidiera un nudo en una de las puntas. En la parte inferior del talón no habría problema, pero en las puntas superiores si podía haberlo.


Tras las marcas, y antes de cortar, he vuelto a numerar las varillas en lo que será la parte inferior una vez cortada cada una y con su color correspondiente. Luego con una sierra japonesa he cortado cada varilla, he marcado en color su parte inferior y las he dejado colocadas y encintadas esperando el primer cepillado.