sábado, 15 de octubre de 2011

Otoño 2011, días 5 y 6

Día 5

El dicho taurino dice que no hay quinto malo y efectivamente éste tampoco lo fue.


 Quedé con Jacques en una zona bastante alejada de donde suelo pescar habitualmente. El sitio es realmente atractivo para la pesca a mosca.


Una pequeña y antigua caseta de pastor aún se resiste a caer, a pesar de haber quedado bajo las aguas del embalse. Es una pasada poder clavar peces en una estampa como ésta.


Durante toda la jornada, Jacques me iba mostrando la cantidad de pisadas de nutria que existen. Me alegra que a pesar de ser el embalse un paisaje artificial, se hallan podido adaptar.


¿Ahora te explicas donde se frotan el morro los barbos para romperte el bajo en una playa?


Las capturas, mientras hubo viento, se fueron sucediendo una tras otra. Incluso alguna fue cómica al clavarse solo el pez mientras yo miraba para otro lado.


Los peces tenían un tamaño muy bueno, varios rondando los 60 cm. y estaban realmente gordos y sanos.


Uno de los peces lo clavé en este laberinto de rocas.


Se acabó enrocando y milagrosamente no partió el bajo. El cabrón iba de un pasillo a otro y profundizando.


Siempre digo que es fundamental llevar en el equipo una estampita de la virgen. Las fotos fueron hechas tras el cristal polarizado de las gafas de sol.


Jacques andaba a lo suyo, probando sus peculiares moscas.


Y resultados tenía, aunque hay que decir que estos días rechazan mucho. Por ejemplo las hormigas negras las tomaban más o menos bien, pero las marrones las rechazan constantemente. Cosa curiosa...


Una de las cosas que más me gustó de este lugar fueron las paredes inundadas y sumergidas. Eso si, dificultaban en gran medida el poder sacar los peces pues se tiraban de cabeza hacia ellas y al haber tan poco sitio tenías que forzar y no dejar que te sacaran línea, teniendo que sacarlos por los pequeños huecos que en ellas había, con el peligro de rotura.



¿Quién es el valiente que se atreve a clavar un pez en este corralito?


Acabamos el día pescando en una pequeña recula donde cientos de carpas comían en superficie, uno de esos típicos serenos que te da este embalse.

Día 6


Si ayer fue la cara, este sexto día fue la cruz. Quedé con Jesús y Jorge para pescar la zona de siempre, pero había multitud de pescadores por sus orillas. Los peces fueron escasos y costó mucho sacar algunos.


Jesús con uno de los escasos barbos que sacamos y abajo Jorge peleando una carpa.


Anduvimos bastantes kilómetros bajo un fuerte sol que nos abrasaba, hasta que en un momento dado no pudimos aguantar más y nos pegamos un chapuzón en el embalse. Al regreso a los coches nos dimos realmente cuenta de lo lejos que nos fuimos.

Este año las jornadas se están dando o muy bien o muy mal. Qué cosas más raras tiene la pesca...

4 comentarios:

  1. Menuda pasada de jornadas. Ya le tengo yo ganas a los barbos, pero toca aguardar y contentarse con las especies marinas.
    Saludos

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  2. Muy buenas capturas Alfonso,enhorabuena , eso si que son vacaciones je je
    Un saludo y a seguir con los bigotudos que son increíbles

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  3. Gracias por comentar. Las vacaciones ya se acabaron, aún hay un par de jornadas que relatar. Mañana vuelta al trabajo y la rutina y casi casi despedida de la temporada hasta marzo.

    Un saludo

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