Otoño 2011, día 8. Fin de fiesta.

Día 8. Fin de fiesta.

Quedé con Joaquin y Álvaro para tentar unos barbos en él que sería mi último día de pesca de estas vacaciones otoñales.
Nos encontramos que iba a ser bastante complicado localizar los peces pues unas nubes altas hacían que la visibilidad se complicara mucho pues ni el día estaba nublado, ni estaba soleado. Solo había una solución: sigilo y paciencia.

Poco a poco pudimos ir localizando barbos, que eran los que realmente estaban por la labor durante la mañana. Joaquin pescaría con un grillo, Álvaro con "garrapatos" y yo con mis enjendros de hormigas.

A eso de las dos de la tarde el viento se paró, como teníamos previsto por otro lado. Así que nos fuimos a comer a la sombra de una encina, esperando que las carpas se movieran por la tarde.

Y así fue, Joaquin disfrutó lo suyo peleando con estos pequeños "tractores". Lástima que solo se movieran mini carpas.

Entre captura y captura se nos iba echando la tarde encima. Yo no pude resistirme a unas carpas que se cebaban un tanto lejos de la orilla y me metí en el agua con los pantalones y las botas de montaña. Un par de carpas bien se vale una mojadura!

Supergerente también consiguió alguna de estas golosas carpas en este marco incomparable que nos estaba proporcionando este atardecer.

Antes de anochecer pusimos fin a esta jornada de pesca, mis dos compañeros aún tendrían que conducir bastantes kilómetros y tampoco era plan de apurar más de la cuenta.

No se por qué, algunas jornadas tienen un significado especial para mi. Ésta ha sido una de ellas.

De esta forma puse fin a mis vacaciones otoñales. Sin hormigas, pero no por ello con alguna jornada productiva y de grandes peces. Ahora toca volver a Pirineos, a esperar al frío y la nieve, a colgar las cañas y a montar las moscas del año que viene.