martes, 28 de mayo de 2013

Un par de horas a seca

Justo el año que más debo pescar a ninfa, es él que menos me apetece hacerlo. Llevo varios bolos por complicarme la vida en ríos de media montaña, aún con deshielos, sin eclosiones y truchas perezosas.

Por ello decidí que hasta que la cosa mejore, pescaré zonas de valle. En estas zonas me aseguro al menos un par de horas en las que las truchas estarán receptivas a la seca. Tal vez no sean las truchas más grandes, pero al menos puedo entretenerme.


Compré recientemente una nueva línea, una GT90 WF4F de Mike Barrio, quería probarla, pero no de punta, sino con lances medios. La verdad es que me sentí muy bien lanzando con ella, es como si la línea siempre pidiera más, desliza muy bien y tiene una cabeza corta, lo que yo buscaba para estos ríos no muy grandes.

Puse una Rhodani en un #16 y empecé pescando las zonas más lentas que me encontraba: laterales de corrientes y tablas, alguna de ellas con poco más de un palmo de agua. El día estaba raro, ventoso, a ratos soleado, de vez en cuando venía un chubasco y es en esos momentos es cuando las truchas se decidían a subir a la seca.


Fallé muchas subidas, sobretodo porque estaba lanzando largo. Pero es que tenía mono de lanzar, de pescar lejos, estaba hasta el moño de la pesca al hilo y de punta. Aún así varias truchillas sucumbieron a la seca y otras muchas solo fueron revolcadas.

Al llegar a este pozo me acordé de un artículo de Varo (Líneas Vivas) y decidí esperar un poco en la orilla de piedras, sin entrar al agua. Allí las vi, dos buenas truchas se cebaban, una en la mitad del pozo y la otra en la entrada del mismo. Me acerqué muy despacio hasta una distancia cómoda para lanzarle a la primera, pero nada más presentarle la mosca (y no fue una mala presentación) dejó de cebarse.


Con la de más arriba pasó lo mismo. Esperé a ver si repetían o si volvía algún chubasco, pero justo en la tabla superior, varias truchas se estaban cebando y yo no podía esperar más, así que dejé a este par de truchas para otra ocasión y me dediqué a las que se cebaban.


No estaban tan confiadas como hacía unos días y al final tuve que alargar el bajo hasta las dos cañas para evitar el dragado y meter una emergente de Rhodani para hacerlas salir. No fueron truchas grandes, pero si divertidas.


Tenía fe en el segundo pozón. La última vez con mi amigo Carlos, saqué muchas truchillas a seca en él, pero hoy no era el día. Así que me conformé con una subida y un par de truchas que pude ver pegadas al fondo.


Llegué a esta zona cuando las truchas ya no estaban muy por la labor. Ya no había chubascos y las olivas se dejaron de ver. Eso si, pude observar algunos tirurirus volando, pero no provocaron actividad en superficie. El viento arreció mucho y el día se volvió totalmente soleado. Aquí saque mi última trucha del día tras mucho insistir.


Estaba satisfecho, así que puse fin a esta corta y fructífera jornada con algo más de una docena de pequeñas truchas, eso si, todas a seca, por lo que el mono ya está un poco más apaciguado.

8 comentarios:

  1. Excelentes fotos y muy buen relato. Lo importante es disfrutar de la naturaleza compañero. Saludos desde Extremadura.
    Te seguimos.

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    1. Gracias compañeros! Y es así, lo importante es relajarte y fundirte con el entorno, dejando atrás todos los pensamientos negativos.

      Un saludo!

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  2. Enhorabuena Alfonso. No es para menos, porque tal y como está el tiempo de revuelto es difícil pescar a seca. Requiere demasiados sacrificios, pero se ve que al final merecieron la pena. ¡Saludos!

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    1. No creo que sea mucho mérito Jorge, al menos para el Pirineo y siendo las truchas tan peques como son. Aunque suene algo sobrado, el mover a seca una docena de truchillas, por aquí arriba no es nada del otro mundo.

      Y bueno, esta vez el sacrificio fue poco más que ponerme el wader y bajar andando hasta el río jejejeje

      Un saludo!

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  3. Más de una docena de truchas a seca en dos horas con este tiempo es para estar satisfecho, enhorabuena. La seca es la seca, sin parangón con lo demás.

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    1. Ya me gustaría que en vez de ser éstas hubieran sido de esas castellanas difíciles. Las disfruto más porque son más puñeteras, aquí arriba son mucho más nobles y francas.

      Un saludo paisano.

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  4. Buena crónica Alfonso y muy bonitas las fotos. Ese tipo de ríos tienen encanto aunque las truchas no sean muy grandes. Lo importante es valorar y disfrutar el tipo de río en el que te encuentras independientemente del tamaño de las truchas. Un saludo.

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  5. Cierto, además tienen el encanto de que al ser una zona libre y muy pescada, tienes cierta dificultad, cosa no muy frecuente en estos ríos. Ya cada día encuentro más la felicidad pescando un par de horas y olvidándome de números y cm.

    Un saludo Damián

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