domingo, 20 de enero de 2019

El complot


Hoy os quiero contar la historia de un complot. Una trama urdida en secreto durante meses, tal vez dos años.

No recuerdo bien cuándo y cómo supe de la trama. Tal vez fue pescando barbos en Zamora, o en aguas de Navarra, incluso puede que durante alguna jornada en Pirineos.


Paco me lo chivó. Pero no fue un chivatazo gratuito, sino que buscaba mi colaboración. Me contó lo que se traía entre manos. Algo que llevaba años planeando y retocando. En principio el “merecido” tenía otro objetivo, pero por lo que se ve, cambió de víctima, pues me comentaba que este nuevo y pobre “desgraciado” se lo tenía merecido. Bastante bien merecido!!!!

El “merecido” lo era en forma de artefacto artesanal. Paco me lo iba mostrando en fotografías para que viera su evolución, mientras me presionaba una y otra vez para que engañara al incauto. Que no era otro que Ferrán Llargués. 

Cuando Paco me mencionó el nombre de Ferrán, de dije: -Lo harás llorar... -Que se joda!, me replicó Paco. -Se lo tiene merecido por Polaco, pensé yo para mis adentros y para justificar la cantidad de mentiras que vendrían a continuación.


Durante meses intenté engañar al incauto de Ferrán. Siempre ocurría algo de última hora que hacía que no coincidiéramos con él y así poder llevar a cabo el plan de Paco.

Le tentamos para ir a Alfarrás en varias ocasiones. A mi no me gustaba el lugar. Es un lugar poco recomendable donde se juntan todo tipo de especímenes de alta y baja cuna. Con peces prostituidos y pescadores que pierden su orgullo. Además, era terrorio polaco, hogar de Ferrán. Había que sacarlo de su lugar de confort.

Por fin logramos engañarlo un día de octubre. Para ello tuvimos que usar el cebo de pescar en Pirineos. Sabíamos de los vicios de Ferrán. Esta vez aceptó y el plan pudo llevarse a cabo. 

Lo citamos en un bar. No nos fiábamos, así que trajimos a Josetxo como refuerzo. Le dimos vino para que relajara su nivel de alerta (estos polacos no son tontos) y no sospechara nada. Y mientras le dábamos conversación... BOOOOMMMM!!!!! Paco, delante de todos, le dio su “merecido”.


El “merecido” consistió en una preciosa caña de bambú hecha por Paco Lizarraga. Horas y horas de minucioso trabajo artesanal. Y como bien había profetizado, Ferrán lloró.


No se hicieron muchas fotografías del momento. Simplemente se disfrutó. 

Por fín me había librado de la carga del secreto. Demasiados meses, demasiadas mentiras y demasiadas intentonas fallidas.


Una vez que Ferrán llevó su “merecido”, optamos por ir a estrenarlo a varios lugares del Pirineo.


Y aquí está las primera trucha de Ferrán con su flamante caña de bambú. Puede que no parezca gran cosa, pero estoy seguro que Ferrán no lo olvidará.

Llevaste tu “merecido” Ferrán, pero te lo ganaste a pulso! Gracias por todos estos años dedicados a los ríos.




5 comentarios:

  1. Menuda encerrona!! El bueno de Ferrán se lo tiene merecido!! Muchas gracias por el relato.

    Un saludo,
    Pablo

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  2. Complots como estos son los que hacen que esta afición sea tan especial. Coincidir con buenos pescadores es una suerte, que también sean personas maravillosas es un regalo.

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  3. Una encerrona con tranquilidad, ya que cualquiera aguanta todo ese tiempo jejeje.
    Un gran merecido, para alguien que seguro se lo merece.
    Un saludo para todos y enhorabuena al afortunado.

    Saludos

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  4. m eca puesno hacia poco ue no sabia del amigo Ferran.Otra razon por la que hecho en falta la original Con Mosca.hace 13 14 años el amigo Alzuro",Cristobal,me sorprendio con el mismo regalo en Mieres.es que ...los amigos....son amigos.saludos a todos.

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