sábado, 23 de febrero de 2013

El grito del pez

Le cri du poisson -El grito del pez - es un artículo de un blog en el cuál se plantea la problemática de la pesca y de la esencia de nuestra práctica. ¿Por qué y para qué pescamos? ¿qué sentido puede tener para los demás, al día de hoy, capturar peces y soltarlos en vez de comérselos? ¿somos crueles los pescadores? ¿sienten dolor los peces que padecen los tratos que les infligimos?

El artículo me inspiró este comentario. A ver qué os parece:



El pez grita. No cabe la menor duda.

A veces, pega unos gritos tan fuerte que incluso lesionan al pescador deportivo, el de captura y suelta.

Quizás hasta los integristas del "no-kill"  (sabrosa "traducción en francés" del catch and release) sean sacerdotes o feligreses, no salen ilesos al oír los gritos de los peces que sueltan.

A modo de ejemplo, como podría uno imaginar que no ha sido impactada la conciencia de nuestro "papa del no-kill" cuando pescó su famosa +60cm. ?

Sí, esa trucha que fotografió desde todos ángulos durante largas minutos, el anzuelo del streamer enganchado en las branquias y el bajo de línea tenso, después (fue después? o fue antes?) de haberla medido ("¡ Hostia ! en qué bolsillo habré guardado la cinta de medir ?"). Sí sí, ese pez magnífico que mereció un artículo lírico en el blog y en el foro. Ese mismo pez que un colega fotografió también el día siguiente de la publicación del reportaje, aguas abajo. Muerto.


Otras circunstancias:

Ese momento escaso y contado, siempre demasiado breve, que es cuando la pesca se pone fácil.

En lo alto de la pirámide, el pescador de captura y suelta se convierte en depredador y no quiere perder ni una miga del festín. Las presas, una tras otra, son devueltas al agua sin miramientos.

Aahhh... !! ese anzuelo que siempre pincha en la lengua, en la mandíbula o en el fondo de la garganta...o en la red de la sacadera... cuanto tiempo se gasta usando este maldito trasto! y esa mano que se tiene que secar para que lo sustituya eficazmente... ese pez loco que se debate, se escapa de la mano y va empanarse en la arena... aquel otro que se lo lleva la corriente, inanimado... !!


A veces, el grito del pez hiere en la misma sesión. El depredador va preguntándose : "Pero... ¿ qué me está pasando ? ¿ qué estoy haciendo ?"

Otras veces, hay que esperar la vuelta a la tierra para que se manifiesten los primeros trastornos :

"¡Hostia! me he comportado como un animal! he perdido completamente el norte !"


Por supuesto, ocurrirá que algunos entre nosotros sean inmunes contra los efectos del grito del pez.

Los sordos, quizás...

Deberíamos contratar a un biólogo para que estudie a estos fenómenos.


Jacques

6 comentarios:

  1. o_O Da que pensar, la verdad. Hay que extremar las precauciones al manipularlos con sumo cuidado y darles el mejor trato posible. Y cuanto menos tiempo fuera del agua, mejor que mejor. Buena entrada Alfonso! Un saludo.

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  2. En honor a la verdad en ocasiones me siento mal por hacerles pasar ese mal trago, no lo voy a negar.

    Lo que si es cierto es que hay muchas maneras de pescar sin muerte y algo que me corroe es cuando veo los peces por el suelo rebozados de tierra, el barbo de la foto seguro que chillaba.

    Un saludo.

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  3. me ha venido a la cabeza un fragmento de una pelicula que ya vi hace bastantehttps://www.youtube.com/watch?v=VELLO6PeSE0&feature=youtube_gdata_player es algo asi como una metafora con lo que has puesto,tras capturar al pez lo devuelve pero con una carga que antes no llevaba,no puede con ella y muere al dia siguiente

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  4. me ha venido a la cabeza un fragmento de una pelicula que ya vi hace bastantehttps://www.youtube.com/watch?v=VELLO6PeSE0&feature=youtube_gdata_player es algo asi como una metafora con lo que has puesto,tras capturar al pez lo devuelve pero con una carga que antes no llevaba,no puede con ella y muere al dia siguiente

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  5. Buen artículo Alfonso.

    Creo que todos los que practicamos esta modalidad nos hemos planteado estas dudas más de una vez. O al menos deberíamos.
    Desde luego, no hay duda de que causamos impacto en el pez, y lo único que podemos hacer es procurar minimizar el daño en todos los sentidos, si queremos seguir pescando, claro está.
    El problema está en que a veces no nos damos cuenta de los errores cometidos hasta que repasas las fotografías o te vienen ciertos recuerdos a la memoria.
    Pero como en todo, el mejorar es cuestión de práctica y concienciación.

    También por eso creo que es nuestro deber hacer algo positivo por ellos y por los ríos, devolviendo así, en cierto modo, el equilibrio.

    No sale nada bueno de callar nuestra conciencia engañándonos a nosotros mismos con argumentos tan absurdos como el de que los peces no sufren, debemos ser coherentes con nuestros actos.

    ¡Un saludo!

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  6. Gracias por vuestros comentarios compañeros. El artículo no es mío, es una colaboración de mi amigo Jacques.

    La verdad que la cosa da para pensar y plantearse muchas cosas. No somos los primeros en ello, de hecho en USA hace mucho tiempo que algunos pescan con anzuelos romos, tan solo por el placer de hacer subir una trucha sin clavarla.

    Un saludo a todos!

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