La última jornada de pesca ha sido una reunión de amigos de AEMS y ANAPAM. Un mano a mano entre miembros de ambas asociaciones.
El río no estaba en las mejores condiciones y, aunque vimos miles de tricópteros y plecópteros, la cosa estuvo realmente floja. También hubo mucho sol y calor, y a mi el sol en Pirineos no me acaba de convencer, me gustan mucho más los días nublados.
El río algo bajo para estas fechas, aunque a mi me pareció que al final de la tarde aumentó un poco su caudal, tal vez hubo algo de deshielo arriba.
Por la mañana hubo pocas truchas, alguna de buen tamaño. Lástima tener pescadores por delante que nos fueron moviendo los peces más activos.
Alfonso Soria, de AEMS Aragón, un gran tipo que me tuvo que surtir de carrete y moscas pues me dejé el chaleco en casa, totalmente equipado, pero en casa. Toda la semana montando bichos para este día y luego me los olvido.
También vinieron Paco Lizárraga (Paco "maravillas") y Oscar Jimeno, de ANAPAM, asociación conservacionista de Navarra. Una buena comida, tirados en un prado, sienta de puta madre. Y algo insólito: Paco no se echó la siesta! Debe estar nervioso por su próximo viaje a Rusia a por esos enormes salmones atlánticos.
Por la tarde, con un sol severo, seguimos intentándolo, pero el tema no estuvo muy allá.
Solo alguna trucha, de algo más de un palmo, nos alegró un poco la tarde. Los mosquitos si que hicieron un buen sereno con nosotros!
Pero bueno, no siempre las truchas están por la labor y tan solo la compañía de estos grandes tipos hizo que el día mereciera la pena. Eso si, como siempre y una vez que bajamos al pueblo, rematado por unas jarras de cerveza.
A las truchas pirenaicas no les gusta demasiado el sol ni los días tan calurosos. Son más de sombras y frescor. Pero bueno, parece que pasasteis un buen día y el entorno sensacional. ¡Saludos!
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