viernes, 27 de agosto de 2010

Alta Montaña (II)

Hace unos días tuve la oportunidad de compartir un par de jornadas de pesca con Joaquin Herrero, autor del blog De ríos, truchas y pesca con mosca . De todos son conocidas sus virtudes como pescador y montador de moscas, pero yo me quedaría sobretodo con la de explorador de ríos.

Una de las jornadas transcurrió en un paraje de la alta montaña oscense, compartida no solo con Joaquín sino con dos compañeros más de AEMS Teruel y Cataluña. Estos dos compis pescaron el tramo más cercano al coche, mientras que el cabronazo de Joaquín (no puedo contenerme el calificativo, lo siento) me convenció de subir un "poco" más arriba o como él decía, "solo es un paseo".

Así que poco a poco y con más moral que forma física, fuí subiendo con Joaquín. Si os fijais en la primera foto de esta entrada, el objetivo era la montaña que se ve más al fondo, si si, aquella que se ve pequeñita, pero claro, eso yo no lo sabía hasta que llegamos a ella.

El primer repecho hizo que el bocata de panceta y la cerveza no me sentaran tan bien como yo creía. Desde luego subir con el wader puesto no es precisamente lo más cómodo para estas aventuras.

Este tío subía como si fuera de paseo por el Corte Inglés...

Allí, al fondo, se veía nuestro objetivo, un poco más cerca, pero... joder como cuesta subir!!!

Desde luego el esfuerzo tiene su recompensa en forma de paisajes realmente bellos.

Y por fin llegamos hasta nuestra zona de pesca, sino recuerdo mal despues de hora y media de subida. Pero vaya río!!! el agua tiene un color espectacular, aunque un pelín alto para las fechas en que estábamos, tal vez arriba aún quedaba nieve y hubiera algo de deshielo.

Y aqui está, ese pico que parecía tan lejano y que ahora se levanta majestuoso ante nosotros.

En este tipo de ríos la pesca en punta es la más eficaz para evitar los dragados y que la mosca consiga mantenerse en la postura esos pocos segundos para que la trucha suba. Por recomendación de Joaquin comenzamos con Royal Wulff y tricópteros de ciervo realmente grandes.

El menú del día lo podiamos encontrar en las piedras de la orilla, aunque a decir verdad en esta jornada apenas tuvimos eclosión.

Haciendo "el indio" se consigue un mejor acercamiento para la pesca en punta.

Y mientras ibamos subiendo descubriamos otros valles de pequeños ríos que iban aportando agua al que nosotros estábamos pescando. La verdad es que era muy tentador adentrarte en cualquiera de estos valles y pescar también esos otros pequeños ríos, pero no hay tiempo para tantas cosas!!!

En esta foto si se puede apreciar que al río le sobraba un pelín de agua, esto repercutió en que las truchas no se mostraron demasiado activas en superficie.

Estos picos deben rondar los 3 mil metros. En concreto éste creo que es una buena zona de escalada en hielo según comentaba Joaquín.

Devolviendo una pequeña trucha en una postura de libro.

No me digais que no es un río de ensueño...

Incluso descubrimos un jacuzzi natural.

Durante varias horas fuimos subiendo, sin muchas capturas, tampoco pocas. No sabria decir un número concreto de ellas, pero creo que rondariamos las 25 cada uno. Yo la verdad es que esperaba más, pero la pesca es así, cuando no se dan, no se dan...

A una hora prudente y viendo que las truchas no estaban por la labor, decidimos bajar, aunque mientras lo haciamos aún hubo tiempo para echar unas cuantas fotos. El camino a desandar era mucho, unas dos horas y media de bajada que a mi acabaron por romperme las piernas.

Mientras bajamos las marmotas nos amenizaban el camino como siempre, así como un par de víboras, que la verdad, a mi mucha gracia no me hicieron.

Un último vistazo a estos preciosos valles. En septiembre tal vez nos volvamos a ver...


No puedo dejar de mencionar el pedazo de cena que nos brindo mi amigo argentino Javi en el Forato de Biescas, a base de entrecot y jarras de cerveza.
Ha sido un placer conoceros a los tres y espero volver a compartir jornada con vosotros en un futuro no muy lejano.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Lubinas en los estuarios de los grandes ríos

A estas alturas pretender hacer un artículo de pesca de lubina semeja "misión imposible”. Es cierto que de la pesca a mosca de la lubina (y otros peces) tenemos documentación mas que suficiente.... o no ?¿. Algunos como L.L.Bean o Lou Tabory ( para mí el mejor ) tienen publicaciones enteras dedicadas al stripper bass, que sería el equivalente a nuestra lubina, aunque sus condiciones de pesca y sus mares no sean los nuestros. Y es que especies tan comerciales como la lubina o el abadejo, son peces que sufren un acoso de pesca comercial muy agresivo e intenso todo el año.

Para mi, que en alguna ocasión he colaborado en esto de " volver loco al personal ", quedan algunos temas aún pendientes en la pesca a mosca de la lubina y casi sin dudarlo el más grande de ellos es romper el mito de que los peces grandes se encuentran en las grandes rompientes de las rocas, alguno se atreve incluso a decir : "cuanto más mejor".


Si uno se hace con alguno de los mejores escritos de pesca, se encontrara con varios puntos en común: la pesca en los puertos y la pesca en las zonas "tranquilas ", como las rías o zonas intermareales de las desembocaduras (estuarios ) de los grandes ríos ( por ejemplo El Miño, Mandeo, Eume, Lambre etc. )

Después de muchos años de pescar las rompientes, el descenso de capturas es más que una realidad y uno solo tiene la alternativa de decir aquello de " fue bonito mientras duro..." y es entonces cuando recordando mis inicios de la pesca se me ocurrió volver a los orígenes.

La pesca de la lubina en los estuarios de los grandes ríos

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que en este tipo de aguas el factor sorpresa casi no existe. Al carecer del manto de aguas blancas producidas por la rompiente, la lubina opta por otra técnica distinta de camuflaje y para ello se sirve de un extraño compañero: el mujel. Escondida entre ellos pasa casi desapercibida, y entra en estas zonas de pesca pero… ¿de qué se alimentan y cuál es el mejor momento? En las zonas intermareales (estuarios) de los grandes ríos las mejores imitaciones serán las angulas y el cangrejo verde, no descartando las de quisquillas y de peces en tonos similares a las truchas.

El momento óptimo para intentarlo será después de un ciclo de marea ( pleamar/bajamar ) con un coeficiente bajo (y esto es importante) , porque es durante estos ciclos cuando los pozos de agua pasan más tiempo sin que llegue "el agua fría " ni los depredadores. Lo primero que nos encontraremos en los meses estivales son los caparazones de los cangrejos machos (resultado de la "muda") que utilizaran los pozos de aguas cálidas para la misma, luego lo hará la hembra (más en el otoño/invierno ) que al efectuar dicha muda/cambio, el macho la protegerá y aprovechara para cumplir las tareas propias de su condición sexual. La pesca de lubina con mosca que imite al cangrejo requiere de paciencia y lo más importante: donde lanzar la mosca.


Desembocadura del Miño en Portugal

Lo primero es que tras reconocer la zona con bajamar observemos esos canales que los peces utilizan para ir subiendo y tendremos que reconocer esos pozos o zonas donde existan pequeños agujeros, muros y refugios en los que los cangrejos se esconden, incluso veremos más de una vez como se entierran los que, aún estando duros , debido a su pequeño tamaño optan por desaparecer (el refranero dice: mejor flaco en el mato que gordo en el papo). La lubina subirá por estas zonas lo antes que pueda y antes de que los cangrejos se escondan, por ello con apenas 30 cm de agua ya estarán subiendo a cazar, incluso cuando la marea llegue a su tope no dudará en rebuscar entre la vegetación sumergida para cazar. Nada de lanzar la mosca y de recogidas bruscas , más bien todo lo contrario y algo muy importante: lanzar desde una distancia suficiente para no ser vistos (dichoso lance!!!). Debemos de recodar que los mújoles harán las tareas de vigías y lo harán muy bien! como nos vean… adiós. Esta pesca se puede realizar a cualquier hora del día, pero dará mejor resultado en los atardeceres.

Con la llegada del invierno y allá por diciembre (más bien a finales) llega el "bolo" o lanzón para el desove. Lo hará en las playas /estuarios y será un cebo muy utilizado por los profesionales para la pesca de la lubina que junto con las angulas, que son el otro cebo que mas éxito tendrá , no será difícil una imitación de la misma aunque si lo será la técnica de pesca. El mejor momento serán las noches de luna llena y los días en que los ríos lleven buen caudal de agua, ya que la angula (y el lanzón) se entierran. La técnica a seguir es utilizar una línea intermedia de grado I o incluso con flotante, ponerse en un chorro de corriente y pescar “aguas abajo”, iremos recogiendo y cada tres metros soltar de repente un poco de línea, como si el lanzón no fuese capaz de remontar la corriente. Si no tenemos una línea de grado de hundimiento bajo, basta con lubricarla bien con algún flotabilizador de calidad (yo utilizo el de Tiemco).



Una vez las lubinas hayan subido y tras el primer reconocimiento, harán algo nuevo: se quedaran en esos pozos y encarando la corriente se quedarán colocadas como si fuesen truchas. Aquí la técnica es distinta, lanzaremos nuestras imitaciones de quisquillas o pececillos perpendicularmente a la corriente y dejaremos que la misma los haga derivar, nada de tirones o las lubinas se espantaran, es una pesca parecida a lo que sería a ninfa en deriva, solo tenemos que esperar el tirón. Llegado el momento de pleamar las corrientes paran, hasta que el comienzo de la bajamar invierta el proceso, ahora la técnica es diferente ( otra vez!!). Notaremos que las lubinas comienzan a dar paseos por las "áreas muertas" donde veremos grandes bancos de alevines de mújoles , lisas y otros peces que soportan los cambios de salinidad. Estos alevines darán de repente una espantada, en ese momento lanzaremos la imitación de pececillo cerca y recogeremos (ahora si, bruscamente), las grande lubinas no darán largas persecuciones, más bien se dedicaran a espantarlos o echarlos de los pozos (algo así como los grandes truchones o los salmones); no será extraño que en más de una ocasión nos escupan la mosca.

Muchas veces me han preguntado si las grandes lubinas se comen los mújoles y la respuesta más razonable me dice que depende. La lubina es un cazador/depredador que no tiene una marcada preferencia por un cebo, más bien pienso que es una cuestión de oportunidad, por eso comienza con lo fácil (los cangrejos), no perdiendo tiempo y calorías innecesarias en buscar alimentos. Pero pasada la época de bonanza de los cangrejos, de las quisquillas y los lanzones, seguramente el cazador/depredador volverá su vista hacia lo más fácil y la lógica me dice que donde hay un gran banco de alevines, siempre habrá algunos "defectuosos " o inmaduros, que serán más fáciles de cazar. Por todo esto se puede intuir que, en época de escasez alimentaria, el abanico de cebos será más grande que en épocas de bonanza. Para terminar esta cuestión y como anécdota puedo decir que la lubina no tiene dientes ( vaya novedad!) pero en cambio tiene una mucosa que le ayuda a tragar sus presas y que en cierta ocasión pude ver como una lubina de unos 4Kg se traía " un paseo " con un mújel de unos 20 cms. que al no ser capaz de tragarlo lo escupió quedando el mújel un buen rato atontado.

"Manolín" con una buena lubina recién pescada una noche de invierno

Después de muchas jornadas de a pie de mar, también he podido comprobar que en ocasiones los peces pasarán a toda leche y no harán caso de nada o casi nada. Normalmente me ha ocurrido con las mareas de coeficiente alto. ¿Por qué? No lo sé…

Los días que el rio baje tomado por fuertes lluvias y lleve al mar esa agua de color chocolate la lubina no se acercara, además los días que la mar se encuentre dura , lejos de entrar se irán a zonas como grandes rías o zonas muy profundas. También en este apartado decir que los días en que el viento es muy fuerte ( siempre que hablemos de los estuarios) no me han sido muy propicios, no sé si es que con aguas tan claras y ese “pequeño mar de viento”, la capacidad de cazar se ve disminuida.

Dejamos para el final las "cuestiones legales " o lo que viene a ser la legislación sobre zonas intermareales o desembocaduras de ríos, donde las prohibiciones y sanciones pueden ser cuantiosas dependiendo de la "interpretación de turno " pues también la ley es muy ambigua en este aspecto. Nunca he podido entender el por qué se me prohíbe pescar a mí en una zona de posible subida/bajada de salmónidos, cuando por otro lado los pescadores deportivos desde embarcación se les permite que en los concursos (con el pertinente permiso ¡?) puedan capturar dichas especies; uno no tiene más que acercarse a un pesaje de un campeonato para observar con espanto la cantidad de salmónidos capturados (reos, normalmente )incluso llegando luego a venderse, en fin..... Tampoco nos asustamos cuando todos sabemos de algún video de pesca de reos que para poder lucirse el de turno las autoridades conceden tales permisos especiales...

Queda pendiente otro escrito con una interpretación personal de lo que sería la pesca en zonas portuarias y en las rías, también aquí la técnica y los cebos serán diferentes. Por mi parte procurare colaborar en todo lo que pueda. Seguro que alguno se preguntara si es posible la captura de "robalos grandes " en estas zonas y con estas técnicas.... bueno que Alfonso conteste a esta pregunta.

Doy fé que salen buenas lubinas en estos lugares, ésta salió con una imitación de camarón pescando en deriva.

Solo me queda recordar la frase de un famoso jugador de golf que dice algo así: “cuanto más práctico, más suerte tengo....”

Un saludo, Roberto Caldeiro.

viernes, 16 de julio de 2010

Selva de Oza


Uno de los privilegios de vivir en Pirineos es poder pescar en lugares de una belleza incomparable. Uno de estos rincones es la Selva de Oza, encuadrada en el Parque Natural de Pirineos Occidentales y en donde aún sobreviven algunos osos. Viendo las fotos creo que no hay que explicar mucho el por qué del nombre "Selva" de Oza. Su río principal es el Aragón-Subordán, un río que conocí hace diez años y del que me quedé totalmente prendado desde el primer día.


A eso de las 07:40 h. ya estaba preparado para entrar en el río, aunque el sol aún no habia conseguido penetrar en el profundo y estrecho valle, que más que valle parece cañón.


Justo entraba yo, salia un pescador de ahogada con muchas prisas. Le pego un silbido para poder hablar con él y repartirnos el tramo y asi poder pescar más cómodos los dos, pero este señor me dice que ya se va para casa y con mucha prisa se monta en el coche y sale pitando. Mal rollo, creo que escondía algo.


El río baja algo bajo, pero perfecto para intentarlo a seca, aunque por ser una hora temprana la visibilidad se reducía mucho. Además había bajado al temperatura repentinamente la noche anterior llegando tan solo a los 10ºC a esa hora de la mañana.


Voy pescando a mosca seca, con tricópteros en pelo de ciervo, pero a penas me suben dos truchillas que no logro clavar. Durante dos horas pesco y pesco sin mucho éxito. Solo cuando asomó el sol por encima de las montañas logré clavar mi primera trucha, una bonita fario que entró sin miramientos a un tricóptero hecho con alas de becada y hackle en liebre ártica, un regalo de Paco "Maravillas". Esta mosca realmente es una pasada.




En este precioso pozo veo por primera vez cebarse a las truchas. Logro distinguir volando dos tipos de plecópteros, uno grandote y otro mediano y de color amarillo, posiblemente isoperlas grammaticas. También vuela una efémera grandota, lo que los catalanes llaman "tiruriru", de color rojo burdeos y con unos cercos enormes. Con un parachute de éste último logro levantar cinco truchas seguidas, aunque a la mano solo pude llevar una.


La librea de estas truchas es muy guapa, típica mediterranea con esa multitud de pintas.


Y como no, volvió a su medio, como deberiamos hacer siempre.


Poco a poco voy subiendo pescando, una trucha aqui, otra allá, aunque tengo que decir que tampoco es que estuvieran mucho por la labor y me tocó trabajar cada trucha de la docena y algo que clavé. Los sparkle comparadun de color oliva se mostraron muy eficaces con estas truchas, las cuáles tenian un tamaño majo, todas pasaban de los 22cm. e incluso una me partió al clavar, una lástima pues debia ser la mayor del día.
Sobre las 13h. el sol pega muy alto y yo aprovecho una pequeña salida en la enmarañada orilla para volver a la carretera pues más adelante el río se encañona y veo muy dificil el poder salir del río de una forma cómoda. Una pequeña caminata hasta el coche, donde me espera una nevera con unas cervezas bien frias, y doy por finaliza esta corta pero intensa jornada.

jueves, 3 de junio de 2010

Alta Montaña


Gracias a Joaquín Herrero he podido conocer y pescar con Paco Lizárraga (Paco "Maravillas") y compartir una preciosa jornada de pesca en alta montaña.
Después de un buen almuerzo a base de huevos con longaniza y panceta, subimos con el coche hasta el valle que sería nuestro escenario de pesca. Hay que dejarlo a mitad del camino pues solo están autorizados a subir algunos vehículos y el resto del camino hubo que hacerlo a pie. Casi una hora nos llevo subir, que con los waders puestos a mi se me hizo eterna, eso si, cuando llegas arriba y te encuentras con esta imagen se te pasan todos los males.


La olla es un antiguo circo glaciar de dimensiones enormes, por el que discurre serpentando un tranquilo y pequeño río de lecho rojizo.




Poco a poco las primeras trucha fueron saliendo, algunas con un "elk caddis" enorme. Paco optó por pescar con pequeños streamers, lo que a mi me dejó descolocado, pues nunca imaginé que en un río tan pequeño los streamers fueran tan eficaces.


En un momento dado pensé que se nos jodia el día pues estaba entrando un frente que no tenía muy buena pinta, aunque solo quedó en un amago. Yo por si acaso me llevé una mochila con un buen jersey un chubasquero de gore-tex.


El cauce principal lo van engordando torrentes que bajan de las cumbres más altas y como aún es época de deshielo, traían mucha agua.


Desde luego la primavera se hacia notar con millones de flores amarillas que no hacian sino dar aún mas belleza al lugar.


El lugar es de una belleza extrema, como decia Paco, a veces te crees que estas pescando en los paisajes de El Señor de los Anillos.




El haber conocido a Paco "Maravillas" ha sido todo un lujazo, ya no por su caja de moscas que es impresionante, sino por la calidad humana de este pescador.


Y entre foto y foto las truchas seguían saliendo, no muchas, pues llevabamos un pescador delante y el deshielo empezó a hacer acto de presencía, pero al menos una docena de truchas clavariamos cada uno. Esta de la foto fué la más grande del día y subió sin miramientos al trico de ciervo en una postura de libro.


A eso de las seis de la tarde llegamos prácticamente al final del circo glaciar, el deshielo ya era muy notable enturbiando y enfriando el agua, por lo que las truchas se volvieron inactivas y tuvimos que regresar al coche.


Durante la bajada pudimos ver multitud de marmotas como la de la foto, un bicho que yo no conocía y que me resultó curioso y simpático. La guinda del día la puso un sarrio que vimos bajar de las cumbres hasta el mismo río, magnífico y majestuoso animal.


En este sitio hasta los escarabajos son realmente bonitos.


Tras una hora y media de bajada llegamos al coche, yo con las piernas rotas pero el corazón contento por haber descubierto a una magnífica persona como es Paco y un entorno de pesca de esos que solo ves en los catálogos o en los videos.


Debo de agradecer de nuevo a Joaquín Herrero por haberme puesto en contacto con Paco. Por cierto... ya dispongo de un paraninfo orginal jejeje