Hace unos días que hemos estrenado la temporada truchera 2014. Y desde luego las primeras semanas de la temporada no son nada fáciles en el Pirineo oscense.
Si bien es cierto que he podido pescar algún día en manga corta y con una temperatura de casi 20 ºC, también lo es que los días de sol resultaron muy malos, pues hubo deshielo y las truchas se mostraron inactivas.
La pesca a ninfa suele ser lo más lógico para estas fechas, pero a mi cada día me aburre más, y eso que he comprado recientemente una caña de 10 píes línea #3 enfocada principalmente a este estilo de pesca. Por lo que he optado por pescar casi todo el tiempo a seca y de vez en cuando a ninfa, pero solo los chorros más apetitosos.
Las emergentes de Rhodani han sido las moscas que mejor han tomado las truchas. También he utilizado pardones, emergentes de éstos y algún tricóptero, pero a las truchas les ha costado comer a seca y tomaban mejor las de pequeño tamaño.
Como dije antes, los días de sol han sido los menos propicios para pescar. Los días que ha llovido, incluso nevado con fuerza, han sido los mejores. Son días donde el Goretex y el Polartec son imprescindibles. En estas fechas es cuando menos duele el dinero invertido en buenas prendas de abrigo.
Las jornadas no han deparado demasiadas capturas, entre 4 y 9 truchas por día. Tampoco han sido muy largas, entre hora y media y tres horas de pesca. He pescado las horas centrales y poco más. Cada día me siento más satisfecho con menos horas de pesca, pesco el rato bueno y para casa.
El tamaño tampoco ha sido exagerado, pero pescar estas truchillas en un río tan bonito, no tiene precio.