lunes, 30 de mayo de 2011

Sedas caseras

Cuando fue publicado en diciembre del 1984 en la revista Plaisirs de la Pêche un artículo de Serge Brun explicando como restaurar las colas de rata de seda natural, de seguida aproveché la receta para impregnar trenzas sintéticas nuevas.

El resultado fue muy satisfactorio y desde entonces, pescando a seca, uso mis líneas caseras paralelas. Son duraderas y algunas de ellas aún en servicio desde esas fechas. Hay que decir que el sintético necesita poco mantenimiento : antes de ir de pesca un engrasado con grasa de ordeñar (vaselina). A finales de temporada, un lavado con un poco de lavavajillas en un trapo mojado, un aclarado, un secado y ya está.

Estas líneas no pudren como las de seda natural, no se agrietan como el plástico de las colas de rata bajo el efecto del sol o de la contaminación, además no tienen memoria y resultan muy agradables al lanzado para pescar hasta digamos los 15-18 metros.

Lo más difícil sera conseguir unas trenzas (dacron, dyneema, …) que estén en adecuación con la potencia de nuestras cañas.

Algunos criterios a la hora de escoger : preferir una trenza de sección redonda, circular, con fibras las más finas posible y trenzado denso, y mejor aún si tiene una alma. Pero he impregnado también trenzas de sección cuadrada o ovalada y sin alma y han pescado.

Se necesita :
  •  una cocina o un camping-gas 
  •  un termómetro 
  • aceite de linaza (tiendas de bricolaje) 
  • cualquier dispositivo que permita enrollar la trenza a impregnar 
  • trapos 

Precauciones :
-          El aceite de linaza huele y las gotas de aceite manchan…



Resumiendo la receta de Serge Brun :

- Ponemos la línea enrollada en el recipiente lleno de aceite de linaza.

- Ponemos el recipiente sobre el camping-gas.

- Mantenemos la temperatura entre 50°C y 60°C sin que sobrepase para no debilitar las fibras sintéticas. La impregnación tardará un par de horas como máximo.

- Sacar la línea del baño y tenderla (tensa entre 2 puntos fijos) y a continuación pasar un trapo para quitar las gotas de aceite que sobran.

- Dejar secar unos días o semanas según la climatologia en un sitio seco y sin polvo.

Después de este plazo, puede que queden algunas gotas secas de aceite de linaza.

- Alisar la trenza quitando estas costras con un trapo impregnado de aceite. Dejar secar otra vez.



Rodaje de la linea impregnada :

Nuestra trenza tiene ahora su apresto pero es rígida y más parecida a un alhambre que a una cola de rata.
Engrasándola con grasa de ordeñar (vaselina) mejorará un poco, pero tendremos que gastar un par de horas latigando en el césped para que realmente se vuelva blanda y fuese agradable lanzarla.




Otro apresto, otro modo de impregnación :

El año pasado he restaurado una trenza e impregnado otras dos más nuevas con un producto que nunca había probado. Se trata de un protector decorativo de maderas exteriores.


Este producto microporoso seca en unas horas y tiene poderes anti UV, hidrofóbicos, impermeabilizantes, fungicidas e insecticidas (¡ uff !).
Nos permitirá obtener una línea en unos minutos, sin tener que calentar aceite o vigilar la temperatura.



Receta :

- Empapar un trapo de V33, pasarlo - ida y vuelta, no más - sobre la línea tendida en un lugar seco y protegido del polvo, y averiguar que no sobran gotas.

- Repetir la operación los días siguientes hasta obtener un acabado liso. Con un máximo de 6 capas.

- Engrasarla.

La trenza queda blanda y brillante como si de una Phoenix se tratará.

He pescado con ellas, y un amigo también, y no hemos notado diferencias con las otras cuyo apresto es de aceite de linaza. Pero no tenemos suficiente distancia para saber si dentro de 20 años serán operacionales y con buenas prestaciones, como aún lo son aquellas impregnadas siguiendo la primera receta…



… Buena pesca y peces bravos…

Jacques

miércoles, 25 de mayo de 2011

El río de los bichos

Para llegar al río de los bichos hay que bajar por un camino escarpado, luego atravesar un puente un poco peculiar donde te juegas un poco el tipo, cruzas a la otra orilla y caminas un rato por un precioso bosque.


El acceso al río es un barranco que corre colina abajo por un fuerte desnivel, así que poco a poco, despacio, hay que ir bajando para poder llegar a nuestro río.


Bueno, no parece un río del otro mundo, pero cuando la única intención es cambiar el sofá por el río, sus sonidos y olores, las capturas quedan en un muy segundo plano.


El río de los bichos hay que pescarlo punteando, sin apenas linea en el agua, bajos muy largos, para evitar el dragado y caña en alto. Si no consigues mantener la mosca tres o cuatro segundos en la postura no tendrás premio.


Un día más las truchas sucumbieron a nuestras moscas en CDC, no muchas, pero tampoco pocas. Incluso en una gran poza, mientras charlábamos entretenidos y despistados, una trucha tomó la mosca y echó a correr, arrastrando la linea, momento en el cuál clavé y me partió. Para una buena que me entra me pilla embobado...


Esta es la típica postura de este río. El mayor problema aquí es ver las moscas, constantemente tienes brillos en el agua pues el sol no siempre incide directamente en el río que va encajonado en un profundo valle.


¿Y por qué lo llamo el río de los bichos? Pues porque si levantas cualquier piedra verás la cantidad ingente de vida subacuática que alberga el mismo. A parte había una buena eclosión de unas preciosas efémeras.


Las larvas de trico eran multitud bajo las piedras...




...aunque también había muchos plecópteros de pequeño tamaño.


Algunas larvas de trico eran realmente grandes!!



Hoy lo importante no fue las truchas que pescamos, sino que descubrí que este río alberga mucha más vida de la que yo pensaba.
Mañana toca otra nueva excursión y otro nuevo río desconocido para mi, ya os contaré como se me da...

sábado, 21 de mayo de 2011

Clown shoe caddis


Desde que empecé a pescar los ríos torrentosos de Pirineos, dos de los mayores handicap que me encontré fueron la flotabilidad y visibilidad de las moscas con las que pescaba. No es fácil descubrir tu mosca entre tantas corrientes y espumas. Un día navegando por la red me encontré con esta mosca, la Clown Shoe Caddis, creada por un pescador de Colorado (USA) llamado Jay Zimmerman y rápidamente me llamo la atención. Tras montarla me di cuenta que era el tipo de mosca que necesitaba para estos ríos y los prototipos que hice cumplieron sobradamente. A parte de en los torrentes, esta mosca se maneja muy bien junto con una ninfa atada a su extremo e incluso ha sido efectiva con los barbos, sobretodo en esos días en los que tienes que lanzar lejos y no ves muy bien tu mosca entre las olas del embalse, y debido al buen anzuelo que lleva tienes la confianza que no te lo abrirán.


Esta mosca va montada sobre un anzuelo TMC 2457, que un principio no debería ser lo más indicado para una mosca seca pero en este caso su función es sumergir el culo de la mosca, cosa que con este anzuelo logramos a la perfección.


El cuerpo esta formado por dos materiales, un bajo cuerpo que puede ser seda o el propio hilo de montaje del color deseado y por encima enrollado Vinil Rib de tamaño medio y de color transparente, que junto con el anzuelo hará que el cuerpo quede sumergido, como si de una emergente se tratara.


Lleva un ala de pelo de ciervo o alce bien poblada y que sobresale de la curva del anzuelo un poco. A mi me gustan los pelos rígidos y que no se abran en exceso.
Antes de montar el hackle en el tórax le  pondremos un buen mechón de McFlyFoam o similar. Creo que cualquier fibra indicada para para la realización de postes de parachute vale. En el montaje original el color de este mechón es color rojo cereza, que al parecer es el que mejor ve la mayoría de pescadores, pero yo se lo he puesto naranja, que lo veo muy bien en estos ríos y sobretodo porque no tenía rojo cereza.


El tórax en el montaje original está hecho con dubbing superfine de color negro, pero yo le he puesto antron con el color que me pareció más indicado y que servirá de asiento al hackle.
El hackle lo podemos hacer de colgadera o cuello y debe de estar muy poblado. Una vez enrollado ataremos y cortaremos el mismo por debajo, para que la mosca pose correctamente y plaque algo más.


La variaciones de colores pueden ser muchas, tanto en el cuerpo, el hackle o el ala del tricóptero, todo adaptado a nuestras necesidades.


En esta última mosca el ciervo ha sido sustituido por corzo y para el cuerpo ha sido utilizada una seda marrón verdosa oscura con la intención de imitar a ciertos plecópteros.


En principio yo no he tenido problemas de rizado, pero no hay que olvidar que es una mosca con un hackle muy poblado, si pescamos con hilos finos mejor en corto que no en largo Espero que os guste el montaje, pues en mi opinión es una mosca muy polivalente.

martes, 17 de mayo de 2011

Es que tenía un par de día libres...


Tengo la suerte, o desgracia, según se mire, de tener casi todos mis días libres en días de diario. Para pescar casi todo son ventajas, para tomar unas copas todo inconvenientes.
El lunes y martes ha sido mi particular "fin de semana" y el primer día compartí una nueva y corta jornada con Adrian. Me gusta pescar con Adrian, un tío moderado en todas sus opiniones y un excelente pescador.


No fue una tarde muy dura, solo dos horas y algo de pesca, y aunque las truchas no estaban demasiado por la labor, aún le arrancamos a este precioso tramo unas cuantas truchas.


Este mosco impactó contra mi cuello y yo confundiéndolo con un tábano le arreé un manotazo considerable, de ahí su doble amputación. Pobre bicho! Aunque también tengo que decir que sus hermanos no estaban teniendo compasión por parte de las truchas.


Las moscas en CDC de tamaños generosos fueron las encargadas de provocar las picadas de estas rápidas y bravas truchas.
Adrian tenía que irse pronto para comprar plantón para el huerto, así que pusimos fin a esta corta  pero agradable jornada de pesca.


El valle

Hoy martes para la mayoría de los curritos, domingo para mi, no conseguí un compañero que compartiera conmigo la jornada de hoy, a excepción de mi chucho, que ese se apunta a cualquier bombardeo.
No me gusta irme a ciertos valles profundos y perdidos a mi solo. Sin cobertura, sin carreteras cercanas, solitarios (más en días de diario)... una simple rotura de tobillo puede complicarte mucho la vida. De todos modos me animé a meterme en uno de estos valles, dejé informado a un amigo de donde iba con pelos y señales y a la hora máxima que tenía que estar fuera de él: "Si no te he llamado a las 7 de la tarde, mal asunto".


Nada más llegar la primavera me recibió con estos colores.


Qué maravilla!! Las abejas estaban haciendo su particular agosto.


Éste fue el equipo de hoy. Dejé de lado el chaleco y lo cambié por una mochila con todos los trastos de pescar, un teléfono móvil (aunque de poco puede servir ahí metido), un goretex (no hay que olvidar donde estamos), unos plátanos y agua. Crema solar factor 50 (aquí el sol abrasa la piel) nada más bajar del coche y ya estoy preparado para una dura y calurosa jornada.


El plan era alejarse todo lo posible de la civilización, a menos gente, más peces... en teoría...
Por ello decidí no meterme en el río nada más dejar el coche, sino subir río arriba durante casi una hora, disfrutando de los paisajes que el Pirineo nos brinda.


Allí abajo un par de potros sabían muy bien como iban a pasar esta calurosa mañana. Qué siesta más bien echada!!


No puedo olvidarme de este loco, el cuál me fue fastidiando la mitad de las posturas pues hoy decidió que tenía calor y que iba a ser "perro de aguas", así que es como si hubiera ido con compañero de pesca, la mitad de las posturas para él, la otra para mí.


Después de los deshielos este río tiene muchas posturas.

Una postura de libro...


Otra postura...


Mil posturas!!!


De vez en cuando me sentaba a la sombra a refrescarme la cara y no podía dejar de admirar los preciosos bosques que me rodeaban, de una espesura espectacular.


Ojala en cada postura hubiera salido una trucha!! No fue así, pero cuando iba por la veintena perdí la cuenta. Tengo que aclarar que yo cuento las truchas que me suben, no las que llevo a la mano, pues la verdad es que hoy casi todas se soltaban durante la pelea y mucha subían y no se clavaban, es como si comieran mal, no muy voraces. Las pocas que traje hasta mí, salvo un par de ellas que les hice foto, ni siquiera las tocaba. El truco es fácil: aflojas la línea y ellas solas se libran del anzuelo.


Poco a poco llegué hasta esta postura, mi favorita. Y no es porque me de muchas truchas, pero no se... tiene un encanto que me atrapa, de hecho, después de pescarlo, decidí que era un precioso lugar para almorzar mis plátanos e hidratarme un poco.


Y esta fue la preciosidad que le saqué a la postura. Luchó todo lo titanicamente que su tamaño le permitió, pero felizmente para ella regresó al pozo de donde vino.


Uno no se da cuenta cuando está embelesado pescando, pero si hechas la mirada atrás te das cuenta de que estás salvando un buen desnivel.


A las 14 h. aparecieron los primeros moscos, unos moscardones bien grandes y gordos. Esta ninfa a punto de eclosionar la encontré en una roca de la orilla. Bien tendría por lo menos un par de centímetros.


Por fin pude estrenar con bastantes capturas una mosca que tenía muchas ganas de mojarla, la "Pirene" en un tamaño #12. La verdad que funciona muy bien en aguas rápidas, aunque en este río no siempre la localizaba con faciliad. Las moscas con pequeños postes o alas naranjas eran mucho más visibles. Estoy descubriendo que  en Pirineos las moscas son muy importantes, no tanto en su parte estética sino técnica, se tienen que ver bien y flotar mejor, no importa tanto el color del cuerpo pero si que tengan un poste o parte de la mosca que las ayuda a localizar entre tantas corrientes y espumas. El naranja es, hasta ahora, el poste que mejor resultado me está dando.


El día se nublaba a ratos justo cuando el río se empezaba a encañonar en serio. O tomaba la próxima salida del río o después no podría hacerlo, teniendo que desandar el tramo que subiera a partir de aquí por dentro del cauce.


Empezaban a asomarse algunas nubes que podían traer tormenta y las que se preparan en este valle son tremendas así que decido salir hacía un camino cercano y volver al coche pues me esperaba un buen trecho de vuelta y no me apetecía hacerlo entre lluvia y truenos. De esta manera pongo fin a cuatro horas intensas de pesca.


Ahora mientras escribo este texto recuerdo de nuevo la jornada de hoy. Seguramente mañana las agujetas en mis piernas volverán a recordarme que el día anterior fui a pescar pero no me importará el dolor y hará que esboce una sonrisa.